Previa Real Madrid-Atlético de Madrid: Nunca lo vamos a olvidar
Que son eternos segundones lo saben ellos muy en el fondo, lo sabe Da Luz y lo saben los casi quince años que tardaron en conseguir ganarnos un partido. Lo saben las muchísimas derrotas y las varias goleadas que han tenido que digerir entre sales de fruta en los últimos años y lo sabe bien Cristiano, que es su pesadilla más insoportable. Lo sabe el mundo entero, en realidad.
Pero en la vida a veces pasan cosas excepcionales. Hubo un momento, allá por 2013, en el que los astros se alinearon y los indios lograron birlarnos una Copa del Rey en nuestra casa. Desde entonces, es cierto, hay que reconocer su encomiable esfuerzo por interiorizar aquello de que “mandan en la capital”. Incluso se inventan canciones incitando a sus jugadores a hacer que los vikingos nos “enteremos” de cómo va el tema.
Tampoco es cuestión de culparlos por sentir que sus vidas cobraban al fin sentido tras lograr la hazaña: después de tanto tiempo malviviendo a la sombra del mejor y llevándose revés tras revés, es una reacción natural dejarse llevar por la euforia ordinaria de quien alberga años de rencor y complejo dentro.
Pero la fe mueve montañas, dicen, y ese refrán se aplica a la perfección en el universo rojiblanco, porque a partir de ese momento nuestros vecinos han sido capaces de conseguir algún buen resultado contra nosotros. E incluso ganaron una Liga en 2014.
Aquel fue un gran año para ellos, sin duda: ganaron la Liga y llegaron a la final de la Champions. Todo un hito para un club Intertoto, la verdad sea dicha. Muy convencidos de que iban a ganarnos, muchos de ellos no han sido capaces de encajar el bofetón de cruda realidad que sufrieron en Lisboa en forma de épica y goleada en la final de la Champions. Sabemos que duele y que es feo, pero el fútbol prefirió dignificar su historia aquel 24 de mayo.
Después de un golpe tan fulminante, parecía que volverían a su tradicional –y ciertamente entrañable- papel de equipo aguerrido y corajudo aunque tristemente incapaz de ganarnos por muy mal que podamos llegar a jugar nosotros.
Pero la realidad es que muchos colchoneros parecen haber olvidado que perdieron la final de la Champions contra el Real Madrid por 4-1. La mente humana es sabia, y hay veces que simplemente no quiere hacer sufrir a las personas con recuerdos traumáticos. Las mentes blancas, sin embargo, se acuerdan perfectamente.
Dos años después de aquella final, algunos indios hablan de ella como si la hubieran ganado. Quién sabe, lo mismo para la lógica colchonera el ‘casi ganada’ se vale como título. Algunos, incluso, comparan el desastroso partido liguero de los nuestros en el Calderón el año pasado con la final de Copa de Europa, o se recrean en la eliminación copera, también del año pasado, pero miran hacia otro lado cuando les recuerdas que Chicharito les echó de la Champions poco después.
Es una ventaja importante para ellos tener una memoria tan selectiva y una fe ciega en las posibilidades de su equipo que, por cierto, es mucho peor que el nuestro. Son capaces de presentarse mañana al Bernabéu convencidos de que acumulan siglos de implacable hegemonía en nuestra ciudad.
Eso, unido a que nosotros no atravesamos el mejor de los momentos, puede complicarnos la vida. Precisamente por eso, los Fans desde la Grada y los jugadores desde el césped, tienen la obligación de recordarles cuál es sitio, que no es otro que el de segundo equipo de Madrid. Oye, que no está mal tampoco. Hay que recordar que en nuestra comunidad hay más equipos.
El de mañana es un partido que hay que ganar sí o sí. Dejando a un lado nuestras opciones en Liga, está en juego nuestro orgullo y la necesidad de calmar las fantasiosas aspiraciones colchoneras de convertirse en el equipo referente de Madrid. Está en juego devolverles las derrotas que sufrimos el año pasado y están en juego tres puntos que tienen que ser nuestros, nos sirvan o no nos sirvan después. Pero nuestros.
Nuestro equipo no puede permitirse una actuación falta de alma y de ganas ante el Atlético de Madrid, que saltará al campo irradiando ambas. Ganen o pierdan mañana, los nuestros deben desfondarse ante su afición para llevarse la victoria; deben querer demostrar con goles y juego que somos mejores que ellos; deben ansiar regalar una gran actuación a un Santiago Bernabéu que sufre cuando el equipo no responde.
La Grada Fans RMCF estará con ellos, con nuestros jugadores y con nuestro entrenador, para ayudarlos a confiar en sí mismos y mandar a los colchoneros a casa poco alegres y poco risueños. Hagámoslo juntos.
