Crónica Real Madrid-Athletic Club: Hala Madrid y Nada… ¡de finales aquí!

Rellenar Blog en 14 febrero, 2016

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Para ser fieles a su buena costumbre a golear en casa a los leones, nuestros jugadores nos deleitaron ayer con otra exhibición ofensiva en el Bernabéu, de ésas que nos mandan alegres y risueños a la cama, a celebrar la víspera del día de los enamorados o a cerrar algún bar madrileño al grito de “¡que te den, San Valentín, mi único amor es el Madrid!”, en el caso de los menos románticos (o de los verdaderos románticos, según cómo se quiera mirar).

Los nuestros no se dejaron embelesar por el ambiente que se respiraba en el estadio; por ese clima de emoción contenida, de nervios y de ilusión que siempre precede a una gran cita de Champions y que, ante un rival de entidad, puede pasar factura si se anda pensando en Coliseos y en Foros Romanos en vez de en sumar tres puntos en Liga.

 

Pero el Real Madrid supo administrar bien sus emociones y su fútbol y planteó un partido que desde el primer momento olió a goleada blanca.

Cristiano, bigoleador ayer, demostró por millonésima vez que el ruido alrededor de su estado de forma le importa entre cero y nada. Lo suyo es confiar en sí mismo y marcar goles para el equipo. Por eso es el más grande.

James, que sigue dando muestras de querer volver a ser el brillante jugador que nos enamoró el año pasado, se sumó a la fiesta goleadora, igual que Toni Kroos, que marcó su primer gol de la temporada.

Cuatro goles, en total, que sirvieron para ganar cómodamente a los leones (4-2) y para coger aire antes del importantísimo partido del miércoles ante La Roma.

El Santiago Bernabéu, deseoso de cargarse de razones para apoyar a muerte a nuestro equipo, disfrutó ayer del partido, como también lo hizo la Grada Fans RMCF, que permaneció en todo momento junto a los jugadores para que sintieran el apoyo y la confianza de todos los Fans y para darles fuerza de cara a la semana que viene.

 

¡La Final de Copa, no se juega aquí!

Hubo ayer también un recado para quienes querrían venir a ensuciar nuestra casa con sus pintadas, sus desprecios al madridismo y sus faltas de respeto a nuestro país. Para ellos, y también para los directivos y rencorosos que presionan para que esas lamentables actitudes sean posibles en el Santiago Bernabéu, fue la canción que el estadio quiso cantar con nosotros: La Final de Copa, no se juega aquí.

Puede ir usted poniendo un anuncio en el periódico, amigo Villar: “se busca estadio para final. Razón RFEF”.

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