Y además… disfrutamos.
Sí. Esta mañana el madridismo se ha despertado de buen humor. Y es que ayer fue uno de esos días en que todo sale perfecto: pinchan nuestros dos rivales directos y la Liga vuelve a ser una realidad a tiro de un resbalón, los nuestros ganan, los jugadores con menos minutos recuperan la sonrisa, hace sol en el Bernabéu, Cristiano está a lo suyo, y nosotros, en la Grada, a lo nuestro. Y encima en manga corta. Todo sale bien.
La tarde había comenzado con una ovación para los compañeros de la “Peña Hasta el Final” de La Coruña, que ayer fueron unos más entre los nuestros, y que serán en el futuro la base de la sección de los FANS RMCF en Galicia.
Definitivamente, no puede haber nada más bonito que disfrutar animando al Madrid. Animar es divertido, sí, pero disfrutar apasionadamente haciéndolo, es simplemente increíble. No hay sensación mejor. Los FANS disfrutamos cada día más y mejor de la responsabilidad que supone acompañar al equipo sin condición. A veces toca apretar los dientes y desgañitarse aunque lo que ocurre en el campo no alimente el cuerpo lúdico, como ocurrió en Vallecas, dónde el Martes habíamos estado empujando a los nuestros un par de cientos de nosotros, y, a veces, como ayer, toca disfrutar profundamente de nuestra grada.
Que nos lo pasamos como enanos debe de notarse desde fuera de la FANS. Por eso parte del Bernabéu aplaudió ayer nuestro ejercicio espontáneo de coordinación en varios cánticos entre el tercer y cuarto anfiteatro. Y por eso salieron los jugadores, una vez acabado el partido, a agradecer nuestras muestras de apoyo y también de motivación de cara al martes.
Y es que en el Calderón nos jugamos mucho más que el pase a ‘semis’; nos jugamos nuestro orgullo y la posibilidad de demostrar a los indios que aquel 4-0 fue un accidente fatal que no se volverá a repetir. El martes no podemos fallar, ni los jugadores ni tampoco los FANS, que volveremos a ese estadio una vez más para acompañar a nuestros chicos y apoyarlos como nunca. Así que disfrutemos de la resaca de nuestro sábado redondo, claro, pero con el Calderón ya in mente.
