Crónica Real Madrid-Villarreal: Olvidar, corregir y adelante, Real Madrid
El empate de anoche contra el Villarreal nos ha fastidiado el objetivo de hacer pleno de puntos en nuestro campo, y de paso también ha pifiado el récord histórico de victorias en Liga que habrían batido los nuestros. Ni vamos a engañarnos ni tampoco a dramatizar.
Dejarnos dos puntos en casa ayer no estaba en el guion y nos toca bastante los bemoles porque estábamos muy motivados con el #57enCasa. Bueno, es lo que tiene el fútbol: los guiones pueden quedar muy bonitos y perfectamente factibles hasta que pasa no sé qué y se estropean. Entonces toca reescribirlo.
Ayer pasaron dos cosas en el Bernabéu que se cargaron el guion. La primera, que los nuestros jugaron un primer tiempo flojo, y esta vez sí pasó factura. La segunda, que nos arbitró un individuo, antimadridista declarado según dicen por ahí, que se dedicó descaradamente a perjudicarnos durante todo el partido.
Si a la primera mala mitad del equipo y al arbitraje hostil le sumamos que el Villarreal jugó a defender su gol de penalti y a nada más, encontramos la combinación perfecta para dejarnos puntos donde no debemos dejarnos puntos.
A pesar del esfuerzo de los nuestros, que fueron decididamente a por la victoria en la segunda parte, no pudimos marcar uno más y resolver el partido con victoria.
Pero la noche también tuvo lecturas positivas, que son las que más nos tienen que importar a día de hoy. La primera y fundamental es que nuestra Grada volvió a demostrar que sabe estar junto al equipo cuando va ganando y también cuando va perdiendo.
Los Fans, que tenemos la buena costumbre de creer mucho en nuestros muchachos, nunca dejamos de dar aliento al equipo, que superada la empanada generalizada inicial fue a por el partido. Y nosotros con los jugadores.
El gol de Sergio nada más empezar la segunda mitad parecía indicar que se gestaba una nueva remontada, pero no hubo forma de encontrar un segundo gol a pesar del ímpetu de la Grada. El esfuerzo de los Fans ayudó al Bernabéu a no ponerse nervioso antes de tiempo e hizo llegar al equipo el apoyo y la fuerza de su hinchada cuando más lo necesitaba.
La segunda lectura positiva es que la noche pudo haberse quedado bastante más fea si el Barcelona hubiera sumado tres puntos contra el Atleti en el Camp Nou, pero los culés no pasaron del empate y el Real Madrid sigue líder en solitario, a dos puntos del Sevilla, tres del Barcelona y cuatro del Atlético.
Así que ahora nos toca olvidar el tropiezo, corregir los errores, cargar las pilas y salir a morder en Las Palmas el sábado para sumar tres puntos más. En cuanto a nosotros, ya nos morimos de ganas de volver a casa para ayudar al equipo a ganar al Éibar. Seguimos adelante.
