Previa Real Madrid – Barcelona: Si no vas, no eres fan.

Rellenar Blog en 21 noviembre, 2015

IMG_1208

Frío. Nervios. Ilusión. Los recuerdos se entremezclan. Son las 2 de la mañana. Una fila de emociones corales rodea el Bernabéu entre partidas de cartas improvisadas, sacos de dormir y botes de cerveza. El termómetro marca 6 grados. Estamos en diciembre y aunque quedan muchas jornadas de liga por disputar el partido se antoja decisivo tras 4 años sin cantar el alirón. El hambre de títulos calienta el ambiente gélido que se respira en la capital.

Un desfile somnoliento de reventas deambula como zombis en busca de alguna presa que se rinda al sueño y a la tentación de dormir caliente con una entrada de tribuna en el regazo.

La de gallinero, nuestro tesoro más preciado, el único al alcance del bolsillo de 5 estudiantes de 16 años, cotiza al precio de 3.000 pesetas en taquilla. La paga de un mes. Pero nadie se pregunta si vale la pena. El madridismo corre por nuestras venas. Somos Fans aunque aún no lo sabemos.

En mitad del rumor de voces que dibuja de expectación la orquesta de corrillos que se arremolina bajo la puerta cero, se escucha un grito de sorpresa que rompe el silencio y nos levanta del suelo a los más de 1.000 madridistas que, 48 horas antes de que abran las taquillas, velamos armas y esperanzas para conseguir una de las pocas entradas que saldrán a la venta. Empleados del club bajan bocadillos y refrescos para los aficionados. Euforia. Alegría. Y todos juntos saltando al compás del “es polaco el que no bote”.

Se respira un ambiente eléctrico impregnado de olor a victoria en cada historia de madridismo: aficionados llegados de Gerona, Ferrol, La Gomera y tantos otros puntos blancos de la geografía española… dispuestos a dormir a la intemperie en busca de un sueño común. Picaresca, aventura, pasión. Y muchas camaradería. Son Fans aunque todavía no lo saben.

El Madrid gana con hat trick del chileno Iván Zamorano y firma el epitafio del artefacto de marketing periodístico llamado “dream team” en un noche mágica que saldará la deuda contraída un año antes en el Camp Nou. Esa noche dormiremos con el tatuaje del recuerdo de un partido increíble grabado en el corazón de por vida.

El Barca de Cruyff de 1995 se las prometía tan felices como ahora. Tan inconsciente como siempre que, creyéndose con ventaja, visitan el Bernabéu de fiesta y vuelven a Barcelona de luto.

Como en ese ya lejano 7 de diciembre de hace casi 22 años un puñado de valientes han trabajado día y noche, derrochando energía e ilusión, para alumbrar uno de los mejores tifos que haya lucido nunca el Bernabéu, y como entonces no les ha movido más que su compromiso con unos colores para llevar en volandas al equipo hasta la victoria.

Mañana, a las 18 horas, los jugadores saltarán al campo con un público entregado para rendir homenaje a las víctimas de los atentados de París, esa ciudad de héroes anónimos capital de la democracia europea, a la que nos une la historia y de la que tantos buenos recuerdos guarda el madridismo. Los Fans no mostraremos el tifo previsto en un principio porque cuando la libertad está en juego, todos somos uno. Porque el fútbol por encima de rivalidad es sentimiento, solidaridad y compañerismo.

Los que hacen de la violencia su único sentido de vida no podrán con nosotros. La tristeza que rodea el partido no empañará nuestro ánimo. Porque ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos. Y cada grito de ánimo de los Fans a nuestros jugadores llevará la firma de orgullo de los que nunca se rinden.

Estamos más unidos y somos más fuertes que nunca. Y este sábado escribiremos juntos, todos a una, jugadores y afición, un nuevo capítulo de madridismo que contar dentro de 20 años.

¿Te lo vas a perder?

 

 

FacebookTwitterGoogle+Compartir