Crónica del Real Madrid – Granada: Partido de récord… y nuestra Grada en camino.

Rellenar Blog en 6 abril, 2015

Granada 1

Hablábamos en la previa de “Domingo de Resurrección”. Y vaya si lo fue. Es difícil imaginar un partido más redondo que el vivido ayer: el sol, el calorcito primaveral, el horario, un Cristiano pletórico… Todo, desde el ambiente en las gradas hasta el excelso juego del equipo, sublime en todo momento en la faceta ofensiva, anunciaba que sería un partido para cambiar el chip.

El Bernabéu, lleno de niños y vestido de blanco, necesitaba justamente lo que los chicos nos ofrecieron en la mañana de ayer: un partido en mayúsculas, sin fisuras; un partido lleno de récords, de goles y de buenas vibraciones; un partido para enmarcar, con nuestra leyenda viva ‘jugando al repóker’ con la naturalidad de quien pasea al perrito, con nuestro “herniao” repartiendo cremalleras, un Karim en estado de gracia y un James que venía de una lesión de dos meses, aunque nunca lo pareciera.

Pero, sobre todo, un partido para enchufarse de nuevo al equipo y a la Liga. Un partido para creer. Después del disgusto del Camp Nou y del parón por Selecciones, el Bernabéu tenía más ganas que nunca de volver a casa y ver a los suyos en acción. Eso lo entendió la Grada Fans desde el minuto uno, y por eso no dejó de intentar contagiar al resto del estadio con sus canciones y sus ánimos al equipo. Y, bueno, a ratos lo consiguió.

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Otro Bernabéu tiene que ser posible

Aunque es una tarea complicada, la de convertir el Bernabéu en una sola voz, esta Grada ya ha demostrado ser bastante ‘terca’ en lo que a romper moldes se refiere. Se propuso ser blanca, lo consiguió. Se propuso dejar la política a las puertas del estadio, lo consiguió. Se propuso hacer una fortaleza, en lugar de una debilidad, de las diferencias propias de quienes vienen de sitios distintos, lo consiguió. Se propuso que dejarse la piel para apoyar a los nuestros fuera nuestro único y compartido fin, lo consiguió.

Se ha propuesto que 81.044 gargantas, las que llenan las gradas del Bernabéu cada semana, suenen igual, apoyen igual, sumen igual. Difícil, sin duda. ¿Imposible? Hay algo que, seguro, podemos garantizar: por nosotros no quedará.

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