Crónica del Real Madrid-Atlético de Copa de Europa: 80.000 FANS

Rellenar Blog en 23 abril, 2015

Han pasado 11 años. Corría el año 2004 la última vez que el Real Madrid superó una ronda en Copa de Europa jugando la vuelta en su casa y sin haber vencido en la ida. Entre medias, eliminaciones, lágrimas, victorias históricas en Alemania e incluso la ansiada Décima. Pero el Santiago Bernabéu no había podido disfrutar de una noche europea así desde hace más de una década.

Lo mejor de la noche de ayer es que el avance del Real Madrid, que rompía esta trágica tradición, era algo perfectamente lógico. Por el juego del equipo, por lo maldito que es el rival, y sobretodo, por la pasión que le pusieron todos los aficionados del Real Madrid, convertidos en verdaderos FANS, liderados por su Grada.

La tarde había empezado haciendo historia. Un recibimiento al equipo como nunca se había visto, en número e intensidad. Si la bajada de Concha Espina estaba llena, no hay palabras para definir la situación en la plaza de Sagrados Corazones y giro en Padre Damián. Cánticos, gritos, bufandas al aire. Pasión. La #QuedadaBlanca fue talismán: es la primera vez que recibimos al autobús del equipo en una vuelta de eliminatoria y pasamos de ronda.

Y luego, el partido. El destino, los hados o quien quiera que juegue a los dados en el universo nos había castigado de manera brutal. Tres bajas capitales fruto de las lesiones respecto al partido de ida: el corazón del equipo, Luka Modric; el héroe de las finales, Gareth Bale; y el delantero con alma de mediapunta, Karim Benzema. Pero no importó. Nuestro Carletto hizo varios ajustes y adelantó a Sergio Ramos para que apareciera en cada jugada, y pudiera recordar a todo el mundo, pero especialmente a indios y vikingos, quién había ganado la Décima. La Grada FANS coreó sus canciones como ninguna otra noche.

Pero por encima de todo, resucitó la peor pesadilla de cualquier rival del Real Madrid: el Santiago Bernabéu. El estadio rugió como hacía mucho, mucho, mucho tiempo que no se veía. Gritando, cantando, animando. La Grada FANS llevaba la batuta y 80.000 madridistas, 80.000 FANS, se dejaban el alma, dándolo todo para que su equipo pudiera por fin derrotar a la muralla india.

Esta vez fueron 2 minutos y 48 segundos antes del minuto 90 y no después cuando sucedió lo que tenía que pasar. Era el sonido de lo inevitable. Cuando la combinación de James Rodríguez y Cristiano Ronaldo acabó con el gol del cuate Chicharito, México lindo y querido, el madridismo estalló de gozo. Pero no porque le sorprendiera: cuando el Bernabéu ruge como ayer, es imposible que no venza el rey de Europa.