Crónica Alavés-Real Madrid: En los buenos momentos… y en los malos también

Rellenar Blog en 24 septiembre, 2017

 

Tras unas semanas difíciles, con resultados adversos en nuestra casa, los Fans sentimos que no podíamos dejar de lado al equipo, al que tantas alegrías nos ha dado, y que estamos seguros nos seguirá dando.

Con ese pensamiento, cogimos nuestras camisetas blancas, nuestras bufandas, afinamos las gargantas y emprendimos el camino a Vitoria.

Desde la primera parada rumbo al País Vasco, se respiró el ambiente festivo típico de los desplazamientos, cantando todos unidos, bajo un mismo sentimiento, y compartiendo charlas amenas con los aficionados rivales que nos íbamos encontrando a nuestro paso.

 

 

Mendizorrotza nos esperaba de nuevo, y al igual que el año pasado, con los brazos abiertos. Tanto el club albiazul, como la seguridad y los aficionados, que tan buen recuerdo guardaban, nos dieron una calurosa bienvenida, haciendo más confortable nuestra estancia allí.

 

 

Aunque esa confortabilidad fue efímera para los Fans, que desde la entrada al campo, comenzamos a dejarnos la voz para animar y hacer ver a nuestros jugadores que ahí estábamos nosotros para remar juntos.

Pudo comprobar cada uno de los jugadores, con cánticos personalizados, cómo habíamos viajado para llevarnos los tres puntos, y no para criticar a tal jugador o tal cambio. Eso ni se plantea, porque todos los que van de blanco son los nuestros.

Esa premisa también la tenían presente los madridistas que se fueron sumando desde fuera, que no eran pocos, y que se dejaron las gargantas junto a los Fans el resto del partido. Y es que, eso es el Real Madrid, un club universal, donde da igual si eres del País Vasco, de Madrid o de América, lo único que queremos es animar al Real Madrid, sin fronteras.

           

 

Ese apoyo lo sintieron nuestros jugadores, que nos saludaron y nos animaron a seguir como hasta ahora, apoyando al equipo en las buenas, pero sobre todo en las malas.

El Real Madrid comenzó dando la talla, desplegando un fútbol vistoso y acechando la portería rival, por lo que pronto llegaría el éxtasis a la grada. El gol de Ceballos fue con un trago de agua para nosotros, que ni por asomo nos planteamos parar, sino que subimos los decibelios, conscientes de que el partido iba a ser largo.

Y nuestros pensamientos no fallaron. El Alavés marcó su primer gol de la temporada, en su primer acercamiento en el partido. Nos tocaba responder, teníamos que gastar todas nuestras fuerzas, porque necesitábamos que los nuestros marcaran el segundo gol.

 

De nuevo fue Ceballos el que trasladó la locura a nuestra grada, que una vez más, volvió a atronar en Mendi. El joven fichaje blanco, que como casi todos, ha tenido críticas en ciertos sectores de la prensa, firmaba así su primer doblete en nuestro equipo, y en su primer partido como titular, algo al alcance de pocos.

Los Fans, por nuestra parte, aprovechamos el descanso para conversar con el resto de madridistas e incluso de aficionados rivales, en un ambiente futbolero sin igual. Aunque también hubo tiempo para reponer fuerzas, ya que éramos conscientes que la segunda mitad iba a ser dura y el Alavés, ante su afición, se dejaría todo para intentar rascar algún punto.

 

Pero el Real Madrid volvió a salir imponiendo su ley, apoyados por unos Fans que también queríamos asegurar la victoria. Cristiano casi nos regala dos golazos, pero ambos lanzamientos se estrellaron en el palo. Nuestro gran capitán sí marcó, pero el colegiado anuló el gol.

Aún no sabemos bien el porqué, pero esa ocasión volvió a elevar el sonido de nuestra grada. Veíamos cómo pasaban los minutos, cada vez intentábamos dar más, pero el gol que nos diera tranquilidad no llegaba.

Lo que llegó fueron dos lanzamientos a la madera del Alavés. Los tres puntos pendían de un hilo. Nos tocaba gastar la poca gasolina que nos quedaba. Teníamos que hacer vibrar Vitoria, para que nuestro equipo viera que no estaban solos, si no que detrás había 200 Fans y un gran número de madridistas repartidos por todo el campo, que se apuntaron a dejarse el alma para llevarnos los tres puntos.
Nuestro equipo quiso correspondernos y dominó los últimos minutos del duelo, haciendo bajar nuestras pulsaciones, e incluso teniendo Cristiano otra vez la sentencia, pero el balón se marchó rozando el palo.

Lo que no se estrelló con el palo fue nuestra euforia con el final del partido. Habíamos conseguido los tres puntos y lo habíamos hecho juntos, el equipo en el campo y nosotros en la grada.

Ya con la tranquilidad que otorga una victoria, que sabe mejor cuando tienes que desplazarte a por ella, comenzamos a aplaudir a los madridistas congregados en Mendizorrotza, que se quedaron cantando con nosotros hasta que la seguridad los obligó a salir.

 

 

Nosotros aguardamos también a que la seguridad nos dejará abandonar el estadio, no sin antes aplaudir a los jugadores madridistas que salieron a realizar diversos ejercicios al finalizar el encuentro, correspondiendo estos con algún que otro obsequio.

Para finalizar el gran ambiente vivido, una vez más, en Vitoria, algunos aficionados del Alavés nos esperaron fuera del campo para charlar un rato con nosotros, intercambiar bufandas y sacarse alguna fotografía de recuerdo.

 

Esta victoria y el reconocimiento del contrario por nuestra animación, nuestras ganas y nuestro tono pacífico, nos dan alas para continuar hacia delante y para comenzar a descontar los días que faltan para un nuevo desplazamiento.

¡Hala Madrid y Nada Más!

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